Continuamos con la entrevista que hemos realizado a Ramón Punzano. En esta segunda parte, nos habla de las patologías más comunes que encuentra en la clínica o cómo es trabajar con el tenista Matteo Berrettini, entre otras muchas cosas. Y nos deja reflexiones tan maravillosas como esta: «Hay tantas “pequeñas” cosas de las que disfrutar que no necesitamos grandísimas vivencias para intentar ser felices y que nuestro cuerpo nos acompañe en un buen estado de salud». ¡Sigue leyendo, no pierdas detalle!
¿Cuáles son las patologías o lesiones más habituales en la clínica?
Tal y comentaba en la primera parte de la entrevista, vemos mucha patología musculoesquelética; pero, por ejemplo, llevamos ya años que nos encontramos con muchas lesiones de hombro. En alguno de los deportes en los que he trabajado, he comprobado que el miembro superior es una región anatómica que tiene una gran implicación. No solo lo he visto en los deportes de raqueta sino también en los años en los que estuve trabajando con distintos equipos de la America’s Cup. Por otro lado, vemos muchísima patología de espalda, cervicalgias, lumbalgias, ciáticas, etc. Suponen otro de los grandes problemas que los pacientes presentan cuando vienen a la consulta.
Cuando llega un paciente a la clínica, ¿cómo se comienza el trabajo con él/ella?
Desde el primer momento que ven a Yolanda (el alma de la clínica, y la mejor administrativa que podía haber encontrado) en la entrada de la clínica, queremos que la persona se encuentre en un entorno amable, donde se sienta totalmente atendida desde el mismo instante que nos llama por teléfono. Y eso a Yolanda le nace, lo hace de forma natural porque se nota lo buena persona que es.
Una vez la persona acude a la consulta por primera vez, lo primero que hacemos con ella es intentar conocerla un poco más y, sobre todo, encontrar la mejor manera de que nos explique qué le ocurre, qué le angustia y qué espera de nosotros. Una vez conocemos todo eso, seguimos confeccionando su historia clínica para saber con detalle quién es la persona que tenemos ante nosotros y qué características posee que, seguramente, la hagan única y cuya información puede resultar imprescindible para abordar el tratamiento de su problema de salud.
Posteriormente, en la exploración física, seguiremos intentando hacer un diagnóstico del problema lo más preciso posible, desde el punto de vista técnico y humano, para poder llegar a una impresión diagnóstica que nos haga, después, escoger el mejor tratamiento posible. Entendemos la salud como algo global y holístico y no solamente algo desde el punto de vista físico, por lo que intentaremos entender qué áreas dentro de la salud pueden estar influyendo en el problema que presenta nuestro paciente.
¿Cómo es de importante la comunicación fisioterapeuta-paciente?
Es y debe de ser una relación de confianza. Nadie pone en manos de una persona en la que no confía algo tan importante como es la salud. Por lo tanto, entendemos que esa relación debe de ser muy fluida, sin juzgar a las personas que vienen a pedirnos ayuda, sino con un compromiso e intención de ayudarles y de poder hacerles de guía en el proceso de recuperación de su salud. Para que exista una buena comunicación debe de haber una relación de igual a igual; no puedo entenderlo de otra forma. Así que intentamos dejar bien aparcados nuestros egos y todo aquello que no nos permita ver con claridad la situación de cada uno de nuestros pacientes para permitir un contexto donde el paciente sienta la suficiente comodidad para poder contarnos lo que le ocurre y lo que le preocupa. Creemos que solo así seremos capaces de ayudar.
Eres el fisioterapeuta de un deportista de élite como es el tenista Matteo Berrettini, ¿cómo es trabajar con él?
Jajajajaja, pues hay que estar muy preparado, y no es una falacia lo que estoy diciendo. Hay que estar preparado para, absolutamente, todo. Cada día es intenso. Siempre atento a cualquier indicio que nos diga que algo pueda ir mal en el futuro. Siempre pensando de qué forma puedo mejorar cualquier aspecto de Matteo, sobre todo físico o de su salud. Listo para tomar decisiones que pueden ser trascendentales y que pueden, en un momento determinado, cambiar el rumbo de los acontecimientos, siempre pensando que para bien.
Desde luego Matteo hace la convivencia fácil y eso es de agradecer. Siempre intenta crear un buen ambiente de trabajo, es un tipo con gran corazón y con una relación estupenda con su familia que, por otro lado, considero fundamental. Hay que tener en cuenta que no siempre los resultados deportivos son los que uno espera y que eso, por supuesto, va a influir en el ánimo del jugador y como él afronta las situaciones. Me siento afortunado de trabajar con un jugador de una calidad humana tan alta, cosa que los que nos dedicamos a esto sabemos que no siempre es así. El jugador de tenis profesional debe de ser una persona egoísta, su exigencia deportiva así lo requiere podríamos decir. Por lo que sentir que Matteo nos quiere, y en muchos momentos cuida de nosotros, a la vez que nosotros de él, hace que genere lazos de unión muy importantes.
¿Y el día a día?
El día a día puede llegar a ser muy divertido. En mi caso, solo tengo un paciente al día (nada parecido a la consulta), así que me da para poder organizarme bien el trabajo, disfrutar del ambiente tan bonito que nos brinda el tenis, poder hablar con el resto del equipo de cualquier aspecto relevante que encontremos sobre Matteo y poder mejorarlo. Casi siempre momentos distendidos, risas, buen ambiente, momentos para hacer deporte cada uno de nosotros también, visitar lugares bonitos, siempre y cuando se encuentren cerca de nuestro hotel o del club de tenis.
En definitiva, es imprescindible que se respire un clima de armonía y entendimiento entre todos los integrantes del equipo para poder dar los mejor de nosotros mismos con Matteo y Matteo en la pista. Somos un “team” algo peculiar, muy numeroso y cada uno de una manera de pensar muy distinta, lo que hace que seamos una pequeña torre de Babel que todavía, creo, enriquece aun mas nuestras experiencias. Y también, te tengo que decir, hay momentos complicados, momentos que ninguno desea vivir, momentos donde la convivencia hace que salgan roces que, afortunadamente, se solucionan, pero que existen, y situaciones menos agradables. En fin, como la vida misma que cualquiera de nosotros vive día tras día.
Hay mucha gente que solo acude al fisioterapeuta cuando tienen una molestia, ¿qué les dirías para fomentar la cultura de la prevención?
Vivimos demasiado deprisa, tan rápido que no escuchamos a nuestro cuerpo. Quizás ese sea el problema, y en ese clima, pues casi siempre es demasiado tarde cuando acudimos al fisioterapeuta. La mayoría de los problemas avisan de una u otra forma antes de llegar a presentarse de una forma limitante, y es ese momento donde deberíamos de buscar ayuda, fundamentalmente porque en ese momento el problema es más fácil de solucionar y porque el coste en sufrimiento sería muchísimo menor por parte de la persona que lo padece. En ese aspecto, es en lo que creo que somos muy capaces en la consulta. No necesitamos que el paciente se muera de dolor para ver dónde está el problema que causa dicho dolor; con la exploración y la anamnesis somos capaces de poder encontrar aquello que no funciona bien y encontrar los recursos suficientes para que el problema no se convierta en algo importante.
Así que creo que la clave para eso es poder vivir con algo más de calma, un ritmo más tranquilo. Un estilo de vida en el que vivamos más en consonancia con nuestra fisiología y con lo que nuestra genética espera de nosotros. Hay tantas “pequeñas” cosas de las que disfrutar que no necesitamos grandísimas vivencias para intentar ser felices y que nuestro cuerpo nos acompañe en un buen estado de salud.
¿Qué retos tienes de cara al futuro?
¿Retos? Creo que el reto de vivir ya es de una dimensión desproporcionada, jajajaja. Me conformo con seguir dándole a la vida y que la vida me siga dando como hasta ahora. Y todo eso poder compartirlo con la gente a la que quiero. El reto de tener la suficiente sabiduría para que la vida me vaya dando lo que necesito, y no siempre me dé lo que quiero. De intentar entenderla para poder vivirla y seguir disfrutándola. Y mientras tanto… ayudar a los demás en todo lo que podamos.