ANÁLISIS POSTUROLÓGICOS

La bipedestación o postura ortostática define una posición particular y estable del cuerpo en el espacio. Su estudio requiere de dos puntos de vista complementarios, que son la neurofisiología y la biomecánica. El cuerpo humano, considerado como un conjunto de segmentos poliarticulados, constituye un sistema mecánico regulado por sistemas de control implementados por el sistema nervioso central.

El control postural implica una coordinación motriz eficaz para permitir orientar los segmentos corporales, de manera que lucha contra la acción de la gravedad minimizando las oscilaciones posturales.  A través de las vías aferentes (vías que recogen información) se transmiten las informaciones sensoriales al sistema nervioso central (SNC). La integración de estas informaciones nos lleva a la elaboración de ordenes motrices que regulan las oscilaciones posturales. El conjunto de esas vías, tanto las que recogen información como las que transmiten las respuestas, constituyen el sistema postural fino. Este sistema se constituye por cinco entradas distintas, las conocidas como exoentradas (las que informan del medio externo) y las endoentradas (las que informan del individuo mismo).

Exoentradas

Las exoentradas comúnmente admitidas son tres: el sistema visual, el sistema vestibular y el sistema somestésico. Para el análisis posturológico las tendremos en cuenta:

  • Sistema visual: aporta al SNC información relativa a la posición y al movimiento del cuerpo en su entorno, por medio de la retina y de los músculos oculomotores. Estos hacen del ojo un órgano postural que permite el control de las reacciones de orientación, evitar choques, así como la predicción visual de la trayectoria de desplazamiento.
  • Sistema vestibular: situado dentro del oído interno, está constituido por el utrículo y el sáculo, por un lado, y por los canales semicirculares por otro. Participa de forma activa en la orientación y en el mantenimiento del equilibrio estático y dinámico, representando un sistema especializado de detección de aceleraciones lineales y angulares de la cabeza en los tres planos del espacio.
  • Sistema somatosensorial: permite la representación de un conjunto de percepciones iniciadas por el estímulo de los tejidos cutáneos, musculares, tendinosos y articulares, por las sensaciones térmicas y nociceptivas (dolor), agrupadas bajo el termino de somestesia. En el control postural, la somestesia incluye dos modalidades: la propiocepción y la sensibilidad táctil, dando información del estado y cambios relacionado con la longitud de músculos, informando a centros superiores de la posición del cuerpo y de los miembros en el espacio, así como de la posición y movimientos de los diferentes segmentos corporales unos en relación con otros.

Modelos de organización de control postural

Por lo tanto, diferentes informaciones sensoriales procedentes de los sistemas visual, vestibular y somatosensorial se transmitirán al SNC y nos ayudarán en el análisis posturlógico. La integración de esas informaciones elaborará órdenes motrices que permiten la regulación de las oscilaciones posturales, manteniendo una estabilidad en un entorno cambiante; haciendo un análisis funcional del comportamiento de los captores posturales. Así pues, para el análisis posturológico se realiza una evaluación del pie, los ojos y de la articulación temporomandibular. De esta manera, detectando si hay algún déficit en alguno de estos sistemas, seremos capaces de restablecer una mejor armonía entre ellos y de las informaciones que son capaces de transmitir a centros superiores (SNC) y, por consiguiente, de la respuesta que este sistema es capaz de producir.

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