La fisioterapia y todo lo que la envuelve es su pasión. Una pasión que contagia por donde pasa: en su clínica de fisioterapia y osteopatía, en el aula, en las potencias que ofrece, en cada una de las personas que trata y que ven cómo mejora su calidad de vida. Sí, hablamos de él, de Ramón Punzano.
Queremos que le conozcáis un poquito más: su larga trayectoria profesional, sus referentes, cómo trabaja y, sobre todo, la vitalidad, la empatía y el cariño que imprime en todo lo que hace. ¡Comienza la primera parte de esta interesantísima entrevista!
¿Cómo comenzó tu pasión por la fisioterapia?
Desde bien pequeño, en el colegio, me daba cuenta de que todo aquello relacionado con estudiar el cuerpo humano me gustaba. Podía pasarme horas estudiando o haciendo trabajos y el tiempo pasaba volando, lo disfrutaba. Pero no sabía bien qué rama de sanidad sería la idónea y al tiempo conocí cómo era el servicio de rehabilitación de un hospital. Allí pasé casi todo un verano, lo que me permitió darme cuenta de que esa era la opción que quería para el futuro, de tal forma que, en los siguientes años, mi objetivo era poder tener la suficiente nota para entrar a estudiar la carrera de fisioterapia que, por aquel entonces, solo se podía estudiar en una universidad en la ciudad de València. De esta manera, fui dándome cuenta de que mi futuro y mi pasión sería la fisioterapia.
¿Cuáles son tus referentes?
Ha habido muchas personas que han sido ‘mis influencers”. Desde el punto de vista de la profesión, el primero fue el Dr. Manolo Yarza; bastante antes de estudiar fisioterapia me transmitió la pasión por la medicina y el estudio del cuerpo humano. Fue el primer profesor que me trasladó su amor por la medicina. Posteriormente, y ya después de ser fisioterapeuta, el compañero y amigo Ángel Basas fue para mí un ejemplo a seguir desde el punto de vista profesional y personal. Fue la persona que me dio la oportunidad de colaborar con la Real Federación Española de Atletismo, de poder compartir tiempo juntos y de prender tantísimo de él. Después, nuestros caminos se fueron separando, pero el cariño y la admiración que sentía hacia Ángel siempre fueron en aumento. Permíteme que, con todo el dolor de mi corazón en estos mismos momentos que escribo estas palabras, mande un abrazo a su mujer y dos hijos porque, desgraciadamente, hace muy pocos días, fallecieron él y su hijo en un accidente de trafico en Nueva Zelanda mientras disfrutaban de unos días de vacaciones después de que los dos hubieran trabajado como fisioterapeutas en el mundial de Cross celebrado en Australia. Te voy a echar mucho de menos, amigo mío.
Después, te podría indicar un buen ramillete de compañeros, con los que comparto aulas y muchas vivencias, que son dignos de admirar por su valía profesional y personal, aunque en honor a la verdad, no quisiera dar más nombres por miedo a dejarme en el tintero a demasiadas personas.
¿Cuáles son tus ámbitos de especialización en fisioterapia?
El ámbito donde he dedicado la mayor parte de mi vida profesional es a la patología musculoesquelética y, con la formación en osteopatía, se ha logrado que los resultados a nivel clínico sean cada vez mejores. Actualmente, creo que nuestro punto fuerte son los resultados clínicos que tenemos con nuestros pacientes. Gracias a los años de experiencia que vamos acumulando en tratar a las personas, estamos consiguiendo ser bastante efectivos en solucionar los dolores que los pacientes presentan. Contar con una larga experiencia en el ámbito del deporte, tanto profesional como amateur, ha hecho que haya podido desarrollar mi trabajo y haya tenido una evolución importante en cuanto a resolver los problemas que los deportistas presentan, que, salvando las distancias, no son tan distintos de los que muchos de nuestros pacientes nos plantean en la consulta.
¿Cuál crees que ha sido tu mayor logro hasta el momento?
Hay muchos momentos en los que uno piensa que consiguió algo importante, aunque a ojos de los demás no siempre puedan verlo así. Es decir, uno debe de conocerse y ver cómo te vas poniéndo a prueba de forma continua; que las cosas vayan saliendo siempre es una satisfacción a nivel personal. Ser consciente de que tenemos limitaciones y que esas limitaciones se trabajan para que nos permitan evolucionar, creo que es el mayor de los logros. Personalmente, de algo de lo que estoy muy orgulloso, es de mi faceta formativa, de mi faceta docente. El hecho de estar siempre autoexigiéndote, seguir aprendiendo para entender mejor lo que hacemos, para mejorarlo siempre que podamos y, sobre todo, para poder transmitir a las generaciones de compañeros mas jóvenes todo ese conocimiento, requiere de un esfuerzo extra que muchas veces no está muy reconocido. Sin embargo, a título personal es casi de lo que más orgulloso estoy, porque cada vez que preparo una clase, una conferencia o participo en algún evento científico siento que sigo aprendiendo y es de las cosas que me sigue emocionando a pesar de que hace ya algunas décadas que terminé mi formación de grado. Considero que es de esa área de la que más orgulloso me siento como fisioterapeuta.
¿Cuál es la parte más gratificante en la profesión de fisioterapeuta?
Con muchísima diferencia es recibir las muestras de agradecimiento de tantas personas a las que conseguimos ayudar. Es una satisfacción difícil de superar en cualquier aspecto de mi profesión. Lo que uno siente cuando está ayudando a una persona, cuando esa persona esta evolucionando positivamente de su problema y nos hace ver lo feliz que se encuentra de poder hacer cada vez más la vida que desea sin limitaciones y que su problema de salud se esta resolviendo… Cuando somos capaces de ver eso y de sentir que hemos podido ayudar y acompañar a esa persona a conseguirlo, nos hace enormemente felices; es, casi diría yo, una sensación adictiva. Después, por fortuna, la profesión me permite conocer muchísimas personas y muchísimos lugares, bien por las formaciones impartidas a lo largo del mundo entero o bien por los viajes que el deporte me posibilita y me ha posibilitado realizar. Sientes que te haces mas ciudadano del mundo, entiendes más otras culturas, otras formas de pensar y te hace más tolerante con todo el mundo, intentando no juzgar a las personas, sino ayudarles en todo lo que puedas. Quizás no nos demos mucha cuenta, porque la vida nos pasa demasiado de prisa, pero en ocasiones, cuando tienes momentos de más calma, echas la vista atrás y dices… guauuu cuantas vivencias hemos acumulado. Y estrictamente en el ámbito del deporte, haber podido vivir eventos deportivos de primer nivel en primera persona gracias a los deportistas con los que he trabajado y haber sentido la emoción del deporte, tanto de las victorias como de las derrotas, hasta erizar la piel; vuelve a ser algo adictivo que no quieres dejar de sentir nunca.