“No me puedo mover por la ciática”. “Me duele la ciática”. Son algunas frases que los pacientes, que sufren dolor en la zona inferior de la espalda, nos comentan cuando vienen a consulta. Muchos de ellos realmente sufren el síndrome del nervio ciático, ya que el dolor alcanza los glúteos, se irradia por las piernas hasta alcanzar, incluso, el pie. Y pueden sentir el dolor cuando están sentados, al pasar cierto tiempo andando o, simplemente, mientras se permanece de pie sin moverse.
Así pues, la ciática se desencadena cuando existe una presión sobre el nervio ciático, provocando dolor, debilidad, entumecimiento y hormigueo en las piernas. Este nervio es el más largo y ancho del cuerpo. Comienza en la región lumbar y desciende por la parte posterior de cada pierna. Al llegar a la rodilla, se va dividiendo hasta alcanzar los dedos de los pies. Además, se encarga de dotar de sensibilidad al miembro inferior y de permitir la contracción de los músculos de los miembros inferiores dar movilidad a los músculos de las piernas a través de sus raíces nerviosas.
¿Qué sucede con el nervio ciático? Cuando se dañan dichas raíces nerviosas es cuando nos encontramos con este síndrome. Concretamente, ocurre cuando se produce una compresión del nervio, cuyas causas pueden ser muy diversas. Las más comunes son:
- Hernia de disco (discal). Aquellas que provoquen una compresión sobre el agujero de conjunción y, por ende, de la raíz nerviosa, ya que existen algunas hernias que no provocan ciáticas.
- Estenosis de canal medular espinal.
- Artropatías facetarias que provoquen una compresión sobre el agujero de conjunción, y de la raíz nerviosa.
También afecta la rigidez muscular o la falta de movimiento vertebral, entre otras, por lo que las causas pueden ser muy variadas; de hecho, en la mayoría de las ocasiones puede ser síntoma de otro problema. Asimismo, durante el embarazo, también es muy común que las mujeres sufran ciática debido al importante aumento en tamaño y peso del útero, el cual llega a provocar cambios en las tensiones fasciales que relacionan al útero con la región lumbopelvica y llegan a provocar un estrés importante en el nervio ciático.
Por todo ello, la ciática es uno de los dolores más frecuentes en las consultas de atención primaria.
Fisioterapia y osteopatía en el tratamiento de la ciática
La fisioterapia es uno de los tratamientos más efectivos, tal y como demuestran diversos estudios. De hecho, ayuda a reducir significativamente el dolor de la ciática a los seis meses frente a la realización de tratamientos convencionales. Tras llevar a cabo una visión de lo que sucede al paciente, se pueden realizar estiramientos para ganar en flexibilidad de toda la región lumbopelvica, técnicas de movilización y liberación neural, técnicas para controlar el dolor y ejercicios personalizados para fortalecer los músculos de la espalda. De esta manera, se mejora dicha patología y se disminuye el riesgo de lesiones en el futuro.
El uso de técnicas manuales a través de la osteopatía reduce significativamente la sintomatología, tal y como hemos comprobado en consulta. Previamente, siempre efectuamos una exploración del paciente para hallar cuáles son las causas principales que están provocando la presión sobre el nervio ciático, de manera que se puede realizar un tratamiento totalmente individualizado y abordando el problema desde el origen.
En definitiva, si sufres de ciática no dudes en consultar con un experto en fisioterapia y osteopatía que te ayude a mejorar este síndrome y ganar en calidad de vida. Además, más adelante, en otro post, abordaremos de forma más exhaustiva el síndrome del nervio ciático.