La escoliosis se define como una desviación lateral de la columna vertebral con características tridimensionales, cuya deformidad predominante es en el plano coronal (derecha-izquierda). Sin embargo, tiene componentes rotacionales asociados, así como también deformidades en el plano sagital, que pueden afectar la cifosis dorsal y la lordosis lumbar (Díaz, Schröter y Schulz, 2009).
Suele iniciarse en el periodo de crecimiento que tiene lugar antes de la pubertad. Concretamente, cerca del 4% de la población infantil de entre 5 y 12 años padece escoliosis no diagnosticada, según explica el Colegio Oficial de Fisioterapeutas de la Comunidad Valenciana. Y señala también: “En un 90% de los casos es de origen idiopática, es decir, se desconoce su procedencia”.
Un mito frecuente que se ha escuchado con asiduidad es que la escoliosis viene provocada por la carga de peso en la mochila. Esta afirmación nada tiene que ver y carece de criterio científico. Como hemos comentado, en la gran mayoría de casos su origen es desconocido. Es más importante que las niñas y los niños realicen ejercicio y pasen menos horas frente a las pantallas.
Normalmente, los casos de escoliosis son de carácter leve. Sin embargo, nos encontramos con niños y niñas que, mientras crecen, la deformidad de la columna se agrava. ¿Qué podemos observar?
- Curvatura de la columna
- Hombros a alturas distintas
- Un omóplato se encuentra más salido respecto al otro
- Caderas desniveladas
Etiología
Las etiologías de las escoliosis son variadas; la diferencia principal se produce entre escoliosis idiopáticas, de las que ya hemos hablado, y no idiopáticas. Así, tenemos la siguiente clasificación etiológica (Díaz, Schröter y Schulz, 2009):
- Idiopática (prácticamente el 80% de los casos)
- Congénita (alteraciones en la morfología vertebral por defectos de formación o segmentación, por ejemplo: vértebras en mariposa, hemivértebras, bloques vertebrales)
- Neuromuscular (por ejemplo: parálisis cerebral, poliomielitis, mielomenigocele, distrofias musculares)
- Deformidad vertebral secundaria a enfermedades sistémicas (por ejemplo: enfermedades reumatológicas)
- Deformidad vertebral secundaria a trauma o infección
- Neurofibromatosis
- Tumoral
- Deformidades atribuibles a cambios relacionados con la edad (por ejemplo: patología degenerativa de columna vertebral)
Diagnóstico
Para poder diagnosticar la escoliosis es necesario una radiografía de la columna vertebral, ya que es un pilar fundamental, tanto en el proceso diagnóstico, así como también en el control terapéutico de estos pacientes. De esta manera, se puede conocer el grado de escoliosis existente. Es decir, su objetivo es la identificación y cuantificación de deformidades de la columna vertebral en los planos coronal y sagital. (Díaz, Schröter y Schulz, 2009).
Díaz, Schröter y Schulz (2009) señalan que se considera que una curvatura mayor de 10° en el plano coronal corresponde a escoliosis. Valores menores de 10° se consideran “actitud” o “posición” escoliótica. Según su magnitud, las curvas escolióticas pueden ser catalogadas en:
a) Leves: Curvas menores de 20°
b) Moderadas: Curvas de 20° hasta 40°
c) Severas: Curvas mayores de 50°
La catalogación de las curvas entre 40° y 50° variará según el grado de madurez esquelética del paciente y también con la rigidez de las curvas evaluadas en las proyecciones con inclinación lateral.
Tratamiento de la escoliosis
Para tratar la escoliosis, la fisioterapia es un tratamiento muy efectivo a la hora de corregir la curva. En la clínica siempre decimos que hay que comenzar cuanto antes para poder evitar que avance e, incluso, que pase por el quirófano. Así pues, tras conocer el diagnóstico, evaluamos al paciente teniendo en cuenta la gravedad de la curva, así como su edad y estado físico.
Una de las técnicas que empleamos es la reducación postural, de la cual somos especialistas en nuestra clínica de fisioterapia. Para ello, empleamos técnicas específicas como la activación muscular, de forma progresiva y suave. En muchos casos, se combina con pilates para alcanzar la estabilidad que necesita el cuerpo y fortalecer la columna vertebral.
Asimismo, la osteopatía nos va a permitir que exista una mejor movilidad entre las distintas regiones de todo el raquis. El tratamiento miofascial normalizará las estructuras musculares implicadas, eliminando, fundamentalmente, el exceso de tensión que pueden tener algunos grupos musculares. La tonificación nos irá permitiendo estabilizar los avances que se van consiguiendo a lo largo del tratamiento. Con todo ello iremos corrigiendo ese defecto tridimensional del raquis y nos acercará a una mejor función.
Por parte del paciente, se requiere de un compromiso importante, debido a que estamos ante una patología con una media de evolución larga y es necesario poder llegar a conseguir el máximo de implicación del paciente para conseguir resultados satisfactorios.
En algunos casos, además, podemos llegar a usar la fisioterapia respiratoria, para mejorar algunas de las consecuencias que la escoliosis puede llegar a provocar en la persona.
Webgrafía:
https://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0717-93082009000300007