Colon irritable y osteopatía: cómo se trata

El colon irritable, cuya denominación exacta es síndrome del intestino irritable (SII), se engloba dentro de los llamados trastornos funcionales intestinales. Los definimos como funcionales porque no existe enfermedad orgánica, ni metabólica, ni neurológica detectable con las técnicas de diagnóstico hoy disponibles.

El colon irritable afecta a un número elevado de la población, ya que la prevalencia (proporción de personas afectadas, normalmente entre 100.000) de este trastorno es de entre el 5,5% y el 6,1% en países como Reino Unido, Canadá, Estados Unidos y China y afecta a grupos de edad de entre 26 a 55 años, sobre todo a mujeres.

Es por ello que conlleva un gran impacto personal y social, ya que empobrece la calidad de vida de la persona. Además, el colon irritable implica un importante impacto económico tanto en gastos directos como indirectos: solo en Estados Unidos fue de 10.000 millones de dólares y 20.000 millones de dólares, respectivamente, en 2004. Esto se debe, principalmente, por exploraciones innecesarias y repetidas, por la ausencia de terapéutica adecuada y visitas frecuentes a especialistas y quirófanos.

Síntomas del colon irritable

Las personas que sufran de colon irritable presentan dolor abdominal recidivante (hipersensibilidad visceral o alteración de la vía aferente visceral) asociado a alteraciones del ritmo deposicional (disfunción motora intestinal o alteración de la vía eferente visceral ).

Actualmente, está reconocida la existencia del eje cerebro-intestinal. Este eje está formado por sistemas neuronales que relacionan el intestino y el comportamiento de la persona, ya que el intestino es el órgano endocrino (hormonal) más grande del cuerpo. Así pues, los pacientes que sufren de colon irritable tienen alterado este eje.

Dependiendo de la sintomatología que lo acompaña, el colon irritable está clasificado en: SII con estreñimiento, SII con diarrea o SII mixto. Asimismo, el síndrome del intestino irritable está asociado tanto a síntomas digestivos (dispepsia, pesadez, moco en heces) como a síntomas extradigestivos (fibriomiálgia, cefaleas, dolores musculares, síndrome de fatiga crónica, ansiedad, depresión).

Diagnóstico

En cuanto al criterio diagnóstico, el facultativo especialista debe:

  • Descartar enfermedades existentes intestinales y signos de alarma del paciente.
  • Utilizar los criterios de la clasificación Roma IV (2016) que consisten en los siguientes:
  • Dolor abdominal recidivante durante más de 1 día a la semana, en los últimos 3 meses.
  • Con, por lo menos, dos de estos criterios, el dolor esta:
    • Relacionado con la defecación
    • Relacionado con un cambio en la frecuencia de deposición
    • Relacionado con un cambio en la consistencia de las deposiciones.

Beneficios de la osteopatía

Para poder tener un mejor entendimiento de qué procesos causan el colon irritable y del porqué, la osteopatía puede ofrecer grandes beneficios. Por ello, en primer lugar, vamos a explicar el ya mencionado sistema nervioso autónomo o vegetativo (SNA). Este forma parte del Sistema Nervioso y regula esos procesos del organismo de los cuales la persona no es consciente y se ejecutan de manera autónoma. Entre ellos encontramos el funcionamiento de las vísceras, la frecuencia cardíaca y respiratoria, la temperatura, la presión arterial, la digestión y muchos otros.

Continuando, el sistema Nervioso Autónomo está formado por dos sistemas: ortosimpático o simpático y parasimpático. Ambos se comunican directamente con el sistema nervioso-entérico del intestino con el fin de modular y coordinar funciones como la motilidad (el movimiento del intestino), las secreciones y la función inmune (eje cerebro-intestinal).

En el año 2013 ya existen estudios que han demostrado que los pacientes con SII presentan respuestas alteradas del Sistema Nervioso Autónomo (SNA) y que cuanto más tiempo estaba asentada la enfermedad, más alterado se encontraba este.

Así pues, a través de la osteopatía y sus diferentes técnicas, vamos a tratar estos dos componentes del SNA mediante el reflejo viscero-somático. En nuestra práctica clínica y en la bibliografía científica encontramos un gran interés al normalizar este reflejo viscero-somático porque justifica que un trastorno funcional intestinal proyecte dolores no específicos (dolores que aparecen sin lesión lumbar) en ciertas regiones de la espalda, más frecuentemente en la zona lumbar.

La etiopatología (causa) del colon irritable es, realmente, desconocida. No obstante, se barajan posibilidades como causas infecciosas, autoinmunes, respuestas a alérgenos e, incluso, al estrés.

Qué ocurre en el colon irritable

Eso sí, conocemos algunos puntos clave de la fisiopatología en los que se produce una afectación del eje cerebro-intestinal a través de un proceso microinflamatorio de la mucosa intestinal. Esta se inflama y provoca mayor excitabilidad neuronal del sistema nervioso entérico y del sistema nervioso. Cuando esta situación se mantiene en el tiempo se producen fenómenos de sensibilización periférica y central.

Así, la barrera intestinal falla debido a la inflamación, aumenta la permeabilidad intestinal, es decir, un intestino más expuesto a agentes externos como microorganismos, tóxicos, etc. Por ello, en personas con SII se ha demostrado una alteración de la microbiota intestinal, con menos diversidad de especies, que desarrollan un papel fundamental en el sistema inmune del paciente, en la barrera intestinal y en la digestión de nutrientes.

El estrés (activación del Sistema Simpático) activa de forma inmediata mecanismos de sensibilización y de permeabilidad intestinal por la liberación de catecolaminas*. Al contrario, ya se ha estudiado, y esto es algo de gran importancia clínica para nosotros, que la estimulación del Sistema Parasimpático (fibras eferentes del Nervio Vago) mejora la permeabilidad del intestino y mejora el sistema inmunológico de la mucosa intestinal.

Y es, por esto, que trabajamos de manera integral el modelo biopsicosocial de la enfermedad y del dolor crónico. En contraposición a antiguos modelos, apoya que la enfermedad no solo tiene relación con factores biológicos (lesiones, patógenos, causas genéticas) sino que también la parte psicológica (emociones, pensamientos) y la sociedad son importantes en su aparición, como bien acabamos de explicar con el estrés.

Tratamiento de pacientes con colon irritable

El tratamiento de estos pacientes debe consistir en un planteamiento multidisciplinar y es aquí donde nosotros trabajamos:

  • Cambios y pautas dietéticas que varían según el subtipo de SII, si cursa con mayor estreñimiento o mayor diarrea siendo estas: introducción de fibra soluble en la dieta, restricciones de lactosa y gluten (no existen ensayos clínicos al respecto, pero en la práctica clínica los pacientes experimentan mejoría significativa a largo plazo) o restricciones de FODMAP (carbohidratos de cadena corta).

 

  • El ejercicio físico se aconseja para mejorar el estreñimiento y la distensión abdominal.

– También recomendamos el tratamiento psicológico e, incluso, hipnoterapia, ya que consiguen mejoras en la calidad de vida y en la reducción del dolor abdominal.

– La prescripción de fármacos, siempre pautada y supervisada por la figura médica, dependerá de la intensidad y frecuencia de los síntomas, incluyendo: laxantes, probióticos, espasmolíticos, antidepresivos o antibióticos.

– El aceite de menta se ha demostrado eficaz en este trastorno.

– El tratamiento osteopático, el cual vamos a desarrollar a continuación.

Osteopatía en el tratamiento de colon irritable

En el tratamiento osteopático del colon irritable abordamos diferentes regiones del paciente: la parte más estructural, la región visceral y la región craneal.

En este sentido, realizaremos una identificación a través de una buena exploración. Y trataremos con diversas herramientas: técnicas de manipulación espinal -llamadas técnicas de alta velocidad y baja amplitud (HVLA)-, técnicas articulatorias, técnicas de relajación miofascial y técnicas linfáticas, entre otras.

Ya existe evidencia científica de que la manipulación espinal provoca una respuesta fisiológica en la función de la víscera, y esto es la base del llamado reflejo somato-visceral:

  • Aumento de endorfinas* en sangre (en concreto de las β endorfinas)
  • Aumenta la función inmunológica
  • Activan el sistema parasimpático, es decir, influimos directamente sobre el sistema nervioso autónomo y con ello en la función visceral entre otras

En el 2014 aparece una revisión sistemática en la que se afirma que, mediante nuestro tratamiento, hay una favorable reducción de los síntomas (dolor abdominal, estreñimiento, diarrea) y un aumento significativo de la calidad de vida. En cambio, ningún efecto adverso está descrito.

Es por ello que, en la práctica clínica, resulta imprescindible revisar la movilidad de los niveles espinales de control parasimpático y simpático que influyen en el intestino. El estudio parasimpático (parasimpático craneal y pélvico) pasa por revisar niveles superiores cervicales y la sutura occipito mastoidea craneal, por la emergencia del par craneal X (Nervio Vago), ya que estos controlan la mitad derecha del colon y el intestino delgado. El parasimpático pélvico lo encontramos en niveles sacros a través de nervios esplácnicos S2-S3-S4 que inervan la mitad izquierda del colon y los órganos pélvicos. El estudio simpático estudiará niveles vertebrales desde D10 hasta L2 donde encontramos los centros medulares y los ganglios simpáticos mesentéricos superior e inferior.

Otra de nuestras herramientas es el tratamiento visceral. A nivel local vamos a realizar un estudio de la existencia o no de puntos gatillo viscerales situados sobre intestino delgado, valvula iliocecal, el ciego, colon ascendente, colon transverso y descendente y sigmoides. Entonces, aplicamos técnicas de stretching, técnicas miofasciales o técnicas funcionales para restablecer la motilidad y elasticidad tanto de la víscera como de las estructuras peritoneales al rededor de la víscera.

También vamos a usar técnicas vasculares y linfática de la zona abdominal porque una mejoría en la circulación conlleva a la mejoría de la función, siendo este uno de los principios fundamentales de la osteopatía.

Mientras, a través del tratamiento craneal incidiremos en la regulación del SNA trabajando estructuras craneales relacionadas directamente con la función intestinal como son el nervio vago y todas las suturas craneales relacionadas con este, además de centros superiores de control neurovegetativo de las vísceras.

En conclusión, mediante el tratamiento manual osteopático beneficiaremos el estado de la víscera no solo por abordarla de forma local o directa, sino por influir en todos los niveles relacionado con el SNA del cual depende el control visceral. De esta manera, se constata que es una herramienta válida, eficaz, duradera (no solo a corto plazo sino incluso un año después) y segura para el tratamiento de pacientes con colon irritable.

 

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