Las demandas y capacidades son un concepto que abordamos con frecuencia con los pacientes que asisten a nuestra consulta. Nos gusta explicarlo detenidamente para que comprendan cuál podría ser el origen de una lesión, sobre todo, en la práctica deportiva. Entre demandas y capacidades debemos tener un equilibrio, ahí es donde reside el verdadero secreto.
Pero ¿qué son? Las demandas consisten en los requerimientos que tienen las personas a lo largo del día, es decir, todo lo relacionado con su actividad diaria tanto en el ámbito del trabajo como en el del ocio. Mientras, las capacidades son los mecanismos que pone en marcha nuestro cuerpo para hacer frente a dichas demandas. De ahí que una situación de equilibrio entre ambas sea la ideal.
Sin embargo, nos visitan pacientes sin que exista dicha condición: o bien las demandas están muy por encima de las capacidades, por lo que existe un problema real, o bien las capacidades están muy por debajo de lo que son las demandas, una relación que hay que equilibrar. Por ello, nuestros tratamientos van en esta dirección.
Por ejemplo, una persona que juega al pádel con los amigos unas dos veces por semana durante el año. Llegan las vacaciones de verano y se va al apartamento, donde coincide con sus vecinos que, a su vez, también juegan al pádel con su círculo de amigos. En estas, llega el mes de agosto en el que están totalmente libres y deciden jugar al pádel todos los días, o incluso varias partidas en un mismo día, por lo que sus demandas se han disparado en un periodo de tiempo muy breve. Y no han hecho nada para mejorar sus capacidades. Por eso, muy frecuente que en ese periodo estival presenten alguna lesión relacionada con dicha situación.
Otro ejemplo es aquella persona que decide hacer el Camino de Santiago y no ha realizado ninguna preparación previa. Incluso haciéndola, ha sido totalmente insuficiente para el nivel de demanda que, posteriormente, en el camino va a tener en sus diversas etapas.
Así pues, si el paciente requiere tener ese nivel de demanda tan alto porque realiza una actividad física en concreto que le genera un beneficio, lógicamente hay que trabajar sobre sus capacidades para que se ajuste a una demanda elevada. Por tanto, en la consulta intentamos, sobre todo, alcanzar un buen nivel de capacidades con el paciente para que exista ese equilibrio.