¿Qué criterios tenemos a la hora de prescribir ejercicios en consulta para tratar una lesión? Uno de ellos consiste en trabajar los cinco patrones primarios de movimiento. Se trata de movimientos empleados cotidianamente, en nuestro día a día. A partir de ellos, podemos elaborar multitud de ejercicios.
Para prescribir ejercicios debemos tener en cuenta que consisten en movimientos que contienen el hecho de sentarse y levantarse, de empujar, de traccionar o tirar; ejercicios que simulan el gesto de la marcha, así como aquellos que trabajemos a través de la conexión entre el sistema vestibular y visual, esto es, que combinen la visión con el equilibrio.
Otros criterios para prescribir ejercicios en la consulta están relacionados, fundamentalmente, con trabajar unas determinadas regiones, lo cual nos va a permitir mejorar la funcionalidad de las lesiones. Esas regiones, también llamadas ejes, son tres:
- Eje cérvico-escapulo-humeral. Es el está relacionado con el miembro superior y su función más importante consiste en trasladar la mano en el espacio para, por ejemplo, coger un objeto. Así pues, solemos prescribir ejercicios en lo que llamamos cadena cinética abierta, es decir, la mano debe estar libre. Por eso, son ejercicios en los que se trabaja la musculatura, pero la mano se desplaza en el espacio emulando movimientos que llevamos a cabo en la vida diaria.
- Eje lumbo-pélvico-coxal. Aquel que tiene que ver con el miembro inferior que, en este caso, se halla en contacto con el suelo para realizar acciones como correr o saltar. Por tanto, se prescriben ejercicios tienen destinados a lo que llamamos cadena cinética cerrada: el pie está en una superficie, el suelo, o en otras superficies más estáticas y, a partir de ahí, elaboramos los ejercicios.
- Eje longitudinal. Este se sitúa entre los dos anteriores, en la zona central del cuerpo. Es un eje importante puesto que funciona como un transmisor de carga, de fuerzas, entre el miembros superior y el inferior. Es, pues, una región que hay que considerar a la hora de prescribir ejercicios y tratar lesiones.
Ejercicios en función del patrón de lesión
Asimismo, prescribir ejercicios también se realiza en función del patrón de lesión. Es decir, hay algunas patologías que presentan unos patrones de movimiento que son dolorosos y otros que no. Ahí es donde también debemos discernir a la hora de mandar o no algunos ejercicios.
Un ejemplo: muchas veces nos encontramos con el diagnóstico de “lumbalgia mecánica”. Dicho diagnóstico no suele indicar mucho, solo nos habla de que existe dolor lumbar de origen mecánico. Si embargo, ese dolor puede deberse a una patología de las facetas articulares lumbares, a un problema discal, a una espindilolistesis, a un dolor de tipo ligamentoso, a una estenosis de canal medular, etc. y esas patologías que refieren un dolor lumbar suelen tener patrones de movimientos que agravan la sintomatología y otros movimientos que la alivian. Además, son distintos en función de cada una de las patologías, algo que debemos de conocer y de explorar para asegurarnos que es así
Por ello, resulta fundamental poder valorar en la clínica, para ver qué tipo de ejercicio nos va a poder ayudar a eliminar sintomatología, o no. Por ello, solemos usar esos patrones, pero es indispensable conocer bien el origen del dolor y poder comprobar en la consulta qué patrones son exactamente los que el paciente va a tolerar o no. En resumen, o dirigimos bien los ejercicios de una manera individualizada o fracasaremos con la prescripción de ejercicio, haciendo que el paciente no mejore o empeore su estado de salud.
En definitiva, prescribir ejercicios teniendo en cuenta estos criterios ayuda al paciente a una recuperación de la lesión de una manera eficaz, teniendo siempre en cuenta aspectos tan importantes como la exploración clínica para conocer así cuál es el origen del dolor.