Según la DGT, casi el 25% de los heridos en accidente de tráfico sufre esguince cervical, la ausencia de daños en el vehículo no significa que el impacto no haya tenido consecuencias sobre la salud de los ocupantes, incluso es posible que los síntomas aparezcan horas o días después del accidente.
El esguince cervical es una experiencia traumática que se produce en una fracción de segundo, en el cual se produce un movimiento articular incontrolado y excesivo en dos direcciones, fuera de los límites anatómicos y fisiológicos, debido a un cambio brusco en la inercia donde primero ocurre una fuerza propulsora y luego otra de inercia.
Esto provoca un movimiento del cuello que asemeja el movimiento de un látigo, latigazo cervical generando una hiperextensión seguido de una hiperflexión. Pudiendo provocar lesiones discales, ligamentosas, articulares, óseas, etc.
Con respecto al tratamiento, no sólo deberá tenerse en cuenta la musculatura posterior que es la que más afectada y dolorosa está, sino también la musculatura anterior del cuello, la región torácica anterior y resto del raquis, al mismo tiempo se produce un asincronismo craneosacro y por lo tanto, una afectación de toda la columna, y no solamente del raquis cervical.
A nivel cervical, es muy habitual que se produzca una rectificación de la lordosis fisiológica cervical, inclusive en ocasiones una inversión de esa curva.
Su correcto tratamiento pasa por revisar y en caso necesario tratar la región cervicotorácica hasta el complejo lumbopélvico, es decir, no podemos pensar que estamos ante un problema que afecta única y exclusivamente al raquis cervical sino que lo hace a toda la columna. Es importante restablecer la correcta movilidad de todos los segmentos vertebrales que la hayan perdido. Así como, liberar las tensiones fasciales de la región cervicotorácica anterior, que son los responsables de que se produzca la alteración mecánica típica en el raquis cervical, terminando por restituir lo antes posible el ritmo craneosacro correcto para devolver la total funcionalidad a la persona que ha sufrido un latigazo cervical.
De no ser tratado correctamente, el esguince cervical puede generar secuelas difíciles de recuperar como: dolor crónico, lumbalgia, mareos, limitación de movilidad en cuello, dolor de cabeza, perdida de fuerza y alteraciones sensitivas en miembros superiores, cansancio, problemas de concentración y memoria, trastornos del sueño, etc.
Un correcto análisis del mecanismo lesional y de la situación del paciente será clave en su recuperación posterior.