El dolor lumbar es de los más frecuentes en el ser humano. La lumbalgia representa la patología crónica que con mayor frecuencia produce una limitación de la actividad en la población menor de 45 años[i].
El origen más frecuente de las lesiones en la equitación es el traumático, produciendose por lesiones traumaticas agudas o por microtraumatismos repetidos[ii].
Gran parte de la bibliografía al respecto de las lesiones ecuestres se refieren a lesiones traumáticas fruto de caídas del caballo, siendo más frecuentes en jinetes inexpertos[iii] [iv] [v]. Encontramos pocas referencias que nos hablen de lesiones por microtraumatismos o por sobreuso en disciplinas hípicas, que suelen aparecer por mecanismos de sobrecarga o como secuela de una lesión aguda mal curada o insuficientemente tratada2.
Posiblemente todas las personas en algún momento de la vida sufrirán un dolor lumbar, esta es una de las patologías más frecuentemente encontradas en una consulta de fisioterapia. En el deporte, el dolor lumbar adquiere una connotación diferente, debido a que la espalda de los deportistas se encuentra sometida a esfuerzos y movimientos que la mayoría de personas no realizan. Es importante recordad que el dolor lumbar (lumbalgia) es sólo un síntoma y no un diagnóstico, y que en muchos casos no se encuentra asociado a una alteración anatómica[vi]. Se encuentra bibliografía contradictoria y no queda claro si en el deporte hay un riesgo mayor de sufrir dolor lumbar o si la actividad física protege de padecer lesiones de columna vertebral[vii].
Inervación de las estructuras periarticulares de la faceta articular a cargo del ramo medial del ramo posterior del nervio raquideo.
Una de las patologías que pueden afectar a los jinetes y amazonas es el llamado síndrome facetario, que fue acuñado por Ghormley en 1933[viii]. Se caracteriza principalmente por dolor lumbar, que en ocasiones se irradia hacia miembros inferiores (aunque no es un dolor de tipo ciática), aumentando el dolor en la bipedestación, en posiciones de hiperextensión o hiperextensión con rotación. La intensidad del dolor es variable pero nunca suele ser mayor que el de la patología discal aguda[ix], asociándose a un espasmo de la musculatura espinal lumbar que mantiene la hiperpresión facetaria.
La faceta articular está formada por la articulación facetaria superior de la vértebra inferior y la faceta inferior de la vértebra superior. Esta articulación está envuelta en una cápsula articular con una membrana sinovial. Su inervación corre a cargo de la rama medial del ramo posterior del nervio raquideo, teniendo cada articulación inervación de unos dos niveles sensoriales, aspecto clave a la hora del diagnóstico y análisis de la sintomatología del paciente[x].
Ambas superficies articulares de la faceta articular lumbar.
El componente principal de la faceta articular es el cartílago hialino, estructura que no está inervada (aunque si sus estructuras periarticulares como ya hemos mencionado) ni vascularizada. Por lo que su mecanismo de nutrición es por imbibición del líquido sinovial circundante, aunque otros autores defienden que se produce también a través del hueso subcondral, en ambos casos hace que tenga una nutrición excesivamente lenta y esto condiciona de manera importante su capacidad de regeneración[xi]. El cartílago articular contiene varias capas diferenciadas, dispuestas de una determinada manera y con una proporción de fibras, entre ellas las fibras de colágeno (sobre todo colágeno de tipo II)[xii], orientadas para soportar mejor las cargas de compresión[xiii]. Cuando se le somete a una presión constante se producirá un deterioro del cartílago articular, producido por la alteración del paso de nutrientes y electrolitos a través del mismo originada por la afectación de su respuesta viscoelástica, desde la alteración de la morfología del condrocito hasta una pérdida completa del grosor del cartílago[xiv].
Mecanismo de degeneración del cartílago articular.
Según Kapandji, las facetas articulares son regiones de guía de movimiento y no de una excesiva carga, alrededor del 70% de la carga la soporta el disco intervertebral y el 30% las facetas articulares y demás estructuras del arco posterior. El arco anterior desempeña principalmente un papel de soporte (disco intervertebral) y el arco posterior (facetas articulares) desempeña un papel dinámico.
El diagnóstico del síndrome facetario se hace combinando la clínica del paciente, la exploración física y analizando las pruebas de imágenes radiológicas[xv].
La probabilidad de que aparezca éste síndrome en un jinete o amazona dependerá de factores como[xvi]:
– La edad: a mayor edad mayor probabilidad de padecer la patología.
– Acondicionamiento físico: la fuerza, potencia muscular, rangos articulares, etc, el déficit de estas cualidades pueden favorecer su aparición.
– Factores nutricionales: que conduzcan a un ph sanguíneo ácido y dificulten los procesos de regeneración del tejido conjuntivo.
– Técnica deportiva: si el jinete/amazona mantiene una postura constantemente erguida en exceso (hiperlordosis) sobrecargará más las facetas articulares lumbares y facilitará su degeneración.
– Intensidad y cargas de entrenamiento: debe existir una relación adecuada entre intensidad y duración del entrenamiento, si es excesiva o no se tiene la preparación adecuada el riesgo de lesión es mayor.
– Equipo para la práctica de la equitación: silla de montar, vestimenta, protecciones, etc.
Para un tratamiento preventivo se necesita analizar todos los factores que hayan podido influir en la aparición de la patología y modificarse en el caso de que sea posible para que no influyan negativamente en la actividad ecuestre.
En cuanto al tratamiento, se deben de hacer técnicas manipulativas, articulares, etc para liberar la compresión y ganar movilidad, eliminar el espasmo de la musculatura espinal a través de su efecto neurológico eliminando la hiperactividad gamma que mantiene el espasmo muscular y mejorar la nutrición de la faceta articular. Relajar el músculo psoas iliaco y demás musculatura que mantenga la situación patológica de la zona lumbar mediante técnicas miofasciales, estiramientos, etc[xvii].
Posteriormente, es necesario establecer un planning de ejercicios terapéuticos que fomenten la retroversión pélvica y corrijan la excesiva curva hiperlordótica lumbar, tonificación de la musculatura abdominal (tanto por ser musculatura retroversora como por sus relaciones anatómicas con la fascia toracolumbar y mejorar la estabilidad lumbopélvica) y corregir defectos técnicos que nos puedan haber llevado a iniciar el proceso patológico[xviii].
Con todo ello tendremos las condiciones necesarias para eliminar la sintomatología y poder practicar la actividad ecuestre de manera que no aparezcan recidivas futuras.
[i] M. Sauné Castillo, R. Arias Anglada, I. Lleget Maymó, A.Ruiz Bassols, J. M. Escribá Jordana, M. Gil. Estudio epidemiológico de la lumbalgia. Analisis de factores predictivos de incapacidad. Rehabilitación. 2003; 37 (1): 3-10.
[ii] Balius R. Apunts Medicina de l´esport. Vol. XII. Nº 46. 1975.
[iii] Ball C, Ball J, Kirkpatrick A, Mulloy R. Equestrian injuries: incidente, injury patterns, and risk factors for 10 years of major traumatic injuries. The American Journal of Surgery 193 (2007), 636-640.
[iv] Cuenca A, Wiggins A, Chen M, Days D, Islam S, Beierle E. Equestrian injuries in children. Journal of Pediatric Surgery, (2009) 44, 158-150.
[v] Sorli J. Equestrian injuries: a five year review of hospital admissions in British Columbia, Canada. Injury Prevention 2000;6-59-61.
[vi] Barreras M. Lesiones de columna lumbar en deportistas. Ortho-tips. 2009. Vol. 5, Nº 1.
[vii] Masiero S, Carraro E, Celia A, Sarto D, Ermani M. Prevalence of non specdific low back pain in school children aged between 13 and 15 years. Acta Paediatr 2008; 97(2):212-216.
[viii] Ospina A, Campuzano D, Hincapié E, Vásquez L, Montoya E, Zapata I. Eficacia del bloqueo facetario en pacientes con síndrome facetario lumbar. Revista Colombiana de Anestesiología. 2012;40(3):177-182.
[ix] Bermejo F, Martín A, Sanz J.M., Alcalá V, Espinosa C. Dolor lumbar crónico de origen facetario. Eficacia del tratamiento mediante rizolisis percutánea. Patología del Aparato Locomotor. 2006;4: 139-146.
[x] De Lille-Fuentes R. Anestesia en México. Inyecciones Facetarias en Dolor Crónico. 2004; Vol. 16, Nº 1, 29-31.
[xi] Hernández C. Estdio Mecánico, histológico e histomorfométrico del regenerado del cartílago a partir de injertos de periostio invertido. Tesis Doctoral. 2002. Universidad Autónoma de Barcelona.
[xii] Gutiérrez C, Restrepo JF, Gamarra A, Rondón F. Fisiopatología del cartílago y bases para futuras terapias en osteoartritis temprana. Revista Colombiana de Reumatología, 2007. Vol. 14, Nº 2, 135-142.
[xiii] López A, Lorenzo Y, Álvarez A. Microfracturas por vía artroscópica en pacientes con artrosis de la rodilla. Revista Cubana Ortop Traumatol 2011; 25(2).
[xiv] Parra N, Acosta JC, Alvarado DA. Regulación molecular del cartílago articular en función de las cargas mecánicas y el proceso osteoartrósico: una revisión teórica. Revista Cubana Ortop Traumatol 2008; 22(2).
[xv] Bermejo F, Martín A, Sanz J.M., Pérez J. Dolor lumbar crónico de origen facetario. Resultado del tratamiento mediante rizolisis percutánea. Selección de pacientes y técnica quirúrgica. Revista Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología. 2010;54(1): 13-19.
[xvi] Ciro J.A., Rodríguez M.P., Arango E, Giraldo S, Ching I.C. Lesiones deportivas. Iatreia. 2007, vol. 20, nº 2, 167-177.
[xvii] International Association of Athletics Federations. IAAF Athletics. Medical Manual, Edition 2006.
[xviii] Romero D, Tous J. Prevención de lesiones en el deporte. Claves para un rendimiento deportivo óptimo. Editorial Médica Panamericana, 2010.